Es usual que, como tomadores de decisiones en nuestras pymes, juremos que incorporar a un familiar o amigo es una garantía de confianza: podemos esperar confidencialidad, por ejemplo. Pero, ¿Buen amigo o familiar es sinónimo de buen empleado?


La contracara de contratar a un amigo, suele venir con una definición de expectativas y roles difusa. Hemos observado como “por nuestra relación” las reglas se rompen, se toman atribuciones que no corresponden, se percibe injusticia en comparación con otros empleados o se mantienen relaciones laborales sumamente ineficientes con tal de mantener la relación personal. Ni hablar lo difícil que es marcar errores o sugerir cambios sin herir susceptibilidades.



Checklist antes de comenzar una relación

¿Qué hacer para contratar a un amigo o familiar y sobrevivir a la posible tormenta relacional?

Para tener éxito, la clave es tener la combinación correcta de paciencia y franqueza antes y durante el proceso de contratación. 

  1. Decir que no

No comiences una conversación sobre incorporación cuando no es una opción decir “no”. Si no te ves capacitado en rechazar a tu amigo para el trabajo, nunca vas a poder “administrar la relación” una vez incorporado al equipo. 


Es mejor iniciar la charla explicando que va a “competir por el puesto con otros candidatos”. 

Incluso, dejar una vía de salida abierta, decir algo como: “Santi, reconozco tus capacidades y puedo ver ventajas de trabajar juntos, la empresa necesita un perfil como el tuyo; pero tengo mis dudas. ¿Qué te parece si probamos, pero si la cosa no funciona, hablamos enseguida para cerrar la relación laboral antes de que sea tarde?”. 


También es una opción decir: “No me siento lo suficientemente fuerte para hacer lo que se necesita para ser tanto tu jefe como tu amigo”. Si lidiar con un poco de resentimiento al comienzo es difícil, imagínate lo que hubiera sido sumando la relación laboral. 


  1. Sumar objetividad

Sumar a otro “evaluador” en el “proceso de selección” te permite analizar el perfil y llegar a la decisión sobre la incorporación con mayor objetividad. Con los lentes del amigo/familiar quizás existan características de su personalidad que no logres percibir en su totalidad por la cercanía y el afecto en juego. ¡Más vale verlo temprano que tarde!

  1. Establecer banderas de atención

Ensayen límites. Conversen sobre cómo afrontarán y cómo se sentirán, por ejemplo, frente a situaciones que impliquen anular una decisión que él haya tomado, cuando estén en desacuerdo o le des una devolución negativa sobre su desempeño. ¿Cómo será cuando lo tengas que presionar para que logre un objetivo o le tengas que negar un aumento? Estos van a ser algunos desafíos que la relación va a atravesar. Si no te ves manteniendo estos límites, entonces no lo contrates. 

  1. Amigos de la conversación

Si con un empleado estas conversaciones suelen ser difíciles, mucho más con un amigo o familiar. Por eso es importante anticiparse y madurar emocionalmente para que salga bien para ambas partes. 

Contratar amigos es arriesgado, pero si se aborda de forma adecuada, puede evitar amenazar la relación e incluso, puede enriquecerla y fortalecerla. Esta cápsula fue realizada por COUL y Naaloo. Si necesitas ayuda, no dudes en ponerte en contacto para optimizar y digitalizar tu área de recursos humanos. Además, no te olvides de seguirnos en las redes (LinkedIn, Facebook, Instagram y Twitter), para poder recibir las nuevas cápsulas, tips, webinars y más. ¡Nos vemos!