Esta nota tiene la intención de invitar a pensar de una manera nueva los escenarios que denomino híbridos respecto a la comunicación en las organizaciones. A pensar que lo “viejo” y lo “nuevo” quedaron a años luz y que lo que viene no es una continuación sino un INICIO.

Partamos de estas coordenadas, en siete meses hemos pasado:

Mi hogar

Mi home office

Ir y venir

Aislamiento social obligatorio

 

Emociones “conocidas” (algunas no exploradas)

Miedo, miedo a la muerte, incertidumbre, miedo a enfermarme o a contagiarme, miedo al otro

Información

Infodemia (sobre abundancia de información)

Novedades locales y globales

Decisiones locales y globales

Focalizarme

Dispersión, escasa atención

Viajar

Videoconferencias (no aeropuertos/fronteras)

Presencial

Redes

Cercanía

Virtualidad

Explicaciones presenciales

Soluciones tecnológicas, tutoriales.

Decisión

Incertidumbre

Receptores en la comunicación

Participantes con una interacción permanente

Emociones personales

Emociones colectivas

Los chicos van a la escuela

La escuela está en mi casa con los chicos

De ir al cine / recitales / teatro

Streaming

De ir a un restaurant

Pedidos rápidos

De planificar la vida

A no saber hacia dónde vamos

 

La pregunta que surge es ¿Qué necesitan los empleados?

Los empleados necesitan nuevos nodos de conversación, necesitan orientación, nuevos lazos laborales, más calma y menos estrés, aprender a tener la atención en la atención, paridad en vez de autoridad, cercanía en vez de un jefe que parece que a él no le afecta nada de lo que vive un colaborador, acciones concretas que generen redes de confianza.

Desde mi experiencia como terapeuta, he visto que en estos tiempos las personas comenzaron a evaluar el contexto por lo que sienten y no por lo que dicen.

En este contexto la emoción imperante es la incertidumbre, el miedo, el enojo y la ansiedad.

El empleado siente que hay un “otro” que está tomando decisiones que afectarán la vida de cientos de empleados, de proveedores, de una cadena de valor, del cliente. Hay emociones intensas, muy intensas.

La manera de comunicarnos antes de la pandemia caducó, las comunicaciones prefabricadas ¡no van más! Es necesario comenzar a pensar en una nueva manera, en incorporar la variable emocional. Las emociones de los colaboradores deben atenderse y comprenderse.

Hay emociones dominantes en los grupos de trabajo, hay que detectarlas como por ejemplo la angustia, la soledad, la desconfianza, el agotamiento y el estrés agudo.

Los colaboradores necesitan líderes que orienten y comunicaciones que ayuden a discernir que es importante y que lo intrascendente.

Está demostrado que frente a las situaciones extremas o de incertidumbre las personas buscan a un líder.

Es mi sentir que los comunicadores podemos comenzar a practicar la ignorancia selectiva, que es la habilidad de saber elegir a que se le presta a atención y que merece ser ignorado, a ir por lo nuevo en comunicaciones, a despertar la curiosidad y estar un paso adelante, a brindar más información y menos comentarios/opiniones, a estar en silencio para pensar frente tanta reacciones de redes, chats, a analizar los efectos emocionales en nuestros colaboradores de estar trabajando en su casa, con su familia que también están activos en sus quehaceres escolares o de la casa misma.

Los comunicadores necesitamos transmitir buena calidad, orientación y parar y pensar para luego diseñar y planificar un nuevo plan de comunicación.

Estamos frente a la cultura de la “pantalla espejo”, donde se ve nuestra intimidad como si fuera un reality show. Quizás podemos preguntar al colaborador en qué podemos ayudarlo y orientarlo.

Antes mirábamos el mundo y lo que pasaba en otros lugares, hoy la crisis mundial de la pandemia hizo que nos involucráramos.

Para finalizar necesitamos nuevas estrategias para sostener la ATENCIÓN, para transmitir credibilidad, serenidad y confianza a nuestros colaboradores. Es necesario escuchar más que hablar.

No tengo ni creo en las recetas. Sí puedo ayudar a pensar, a tomar consciencia de que la comunicación está al servicio, que una organización hoy es vista como responsable en relación a las medidas de seguridad que toma con los empleados. Todos nos tuvimos que readaptar en nuestras rutinas y hábitos.

Estamos frente a una posibilidad de cambio real, las acciones dependerán de las ideas nuevas y de comunicar menos y mejor, ya que estamos yendo a un mundo que desconocemos.

A esta altura probablemente te estés preguntando cómo optimizar las comunicaciones con nuestros equipos cuando el home office domina la nueva realidad laboral. Si todavía no has empezado a trabajar en ella o crees que no tienes el tiempo o recursos, prueba el software de recursos humanos de Naaloo.